"Me
canto y me celebro, me celebro y me canto.
Y
si me canto y me celebro, te celebro y te canto,
porque
cada átomo que me pertenece, te pertenece,
porque
cada átomo que te pertenece, me pertenece,
porque
tú y yo somos la misma cosa”
Walt
Withman.
Cuando
tengo que hablar de nosotros los humanos, lo primero en lo que pienso
es en lo egoístas que hemos sido para pensarnos como los únicos
seres que crean sociedad, en realidad creo que somos los únicos que
han creado lenguaje e historia, pero no los únicos que habitan en
sistemas sociales. Y he ahí, un punto interesante porque al ser los
animales más inmaduros al nacer, pareciera lógico que nuestra
dependencia natural hacia los otros también afectase nuestra forma
de crear sistemas sociales. No se trata sólo de que los hombres
deban permanecer en un sistema social, sino más bien tiene que ver
con que los humanos no pueden existir más que
en
la sociedad y por
la sociedad. La complejidad de los humanos radica en que el ser
humano individual es social, y el ser humano social es individual; la
pregunta entonces es ¿Qué
es lo que nos permite crear sistemas sociales humanos?
Quisiera
con ello agregar que al hablar de un sistema social no lo hago
pensándolo como una organización social, sino más bien lo pensaré
como plantea Humberto Maturana en su libro Transformación
en la convivencia, para
el cual un sistema social se crea
“cada
vez que los miembros de un conjunto de seres vivos constituyen con su
conducta una red de interacciones que opera para ellos como un medio
en el que ellos se realizan como seres vivos y en el que ellos, por
lo tanto, conservan su organización y adaptación y existen en una
coderiva contingente a su participación en dicha red de
interacciones”;
puedo
decir que el sistema social es cómo se encuentra establecida la
sociedad, llenando a la estructura de contenidos, en el caso de los
sistemas sociales humanos también de significados, significantes e
imaginarios que interactúan por las redes de la misma.
Sin
perder de vista que los seres humanos somos seres sociales: vivimos
nuestro ser cotidiano en continua imbricación con el ser de otros; y
al mismo tiempo los seres humanos somos individuos: vivimos nuestro
ser cotidiano como un continuo devenir de experiencias individuales e
intransferibles. Quisiera señalar primero que de acuerdo al autor
antes mencionado “la
estructura presente de un ser vivo es el resultado de una historia en
la cual sus cambios estructurales han sido congruentes con los
cambios estructurales del medio; porque los seres vivos existen en un
medio en el cual interactúan”.
En
el caso de los humanos, la interacción se da con otros y con el
medio social en el que nos encontramos insertos. Para dar un ejemplo
muy simple quisiera que recordásemos cuando los cachorros humanos,
antes de haber adquirido plenamente la noción del “Yo” hablan de
sí mismos en tercera persona acompañada del nombre; en lugar de
decir “yo tengo sed” suelen decir “Itzel tiene sed”
refiriéndose a sí mismos, quisiera rescatar aquí como es que el
lenguaje humano constituye así la condición de toma de consciencia
de uno mismo como una identidad diferente al otro y al medio con el
cual interactuamos.
Quiero
detenerme un poco más en esto, me parece importante dejar claro que
esta toma de consciencia de sí es única en los humanos, y con ello
recalcar el cómo es qué en el lenguaje y por el lenguaje que los
humanos nos constituimos como sujetos, ya que sólo el lenguaje funda
en realidad el concepto de ego, es “je1”
quién dice “yo”; porque la conciencia de uno sólo es posible si
se experimenta por contraste con el “tu” es decir un “moi2”
que no equivale a un “je”. Algo así como un Yo-no-yo, un yo
simbólico. Un ejemplo sencillo proviene de los nombres propios, ya
que estos no ocupan el lugar del “je” y del “tu” sino que
ocultan inversamente la designación del sujeto, excluyéndolo de la
relación je-tu que dialécticamente los define a ambos por su
reciproca oposición. Haciendo uso del nombre propio del movimiento
“Yosoy1323”
podemos dar cuenta de esto, en una nueva forma ya no se trata de un
je que pertenece a un solo sujeto humano, sino a una comunidad, ese
Yosoy132 se convirtió en un je-nous.
Después
me parece interesante que en El
pudor de la historia,
Jorge Luis Borges planteé que los dos hechos que marcan una época o
establecen un hito memorable en la historia del humano conciernan
precisamente a la pluralidad y a uno de sus efectos más inesperados;
la asombrosa virtud humana del reconocimiento del otro. El primero
situado hace 2500 años: el día en que los atenienses fueron
sorprendidos por la presencia de un segundo actor. Cuando Esquilo
llevo la atención de los espectadores desde el coro hacia los
actores en conflicto, lugar donde se creo el primer diálogo; donde
Borges supone el paso “del uno al dos, de la unidad a la pluralidad
y así al infinito”, donde con éste solo acto se hace entrar “el
diálogo y las indefinidas posibilidades de la reacción de unos
caracteres sobre otros”. Este acto llama mi atención al plantear
ese espacio del diálogo en una dialéctica completamente creada a
partir del je-tu, no ha entrado en juego aún el nous, lo cuál no sé
si parta del lenguaje persé o sí sea intención del autor enmarcar
ésta diferencia cuando habla de la reacción de unos caracteres
sobre
otros. El segundo alude a la capacidad de apreciar las cualidades del
otro, del distinto a uno mismo e incluso diferente que, al mismo
tiempo, es considerado un adversario, cuando se rinde “tributo
a un enemigo”.4En
el S. XIII, en Islandia, el historiador Snorri Sturlson escribió
sobre la última aventura guerrera del rey noruego Harald
Sigurdarson, conocido como El
Implacable,
quien acometió la invasión de Inglaterra en el año 1066 con la
complicidad del conde Tostig, hermano del rey sajón Harold II5;
Borges señala que la jornada histórica no es aquella en que se
dieron los hechos, sino aquel momento en el que el cronista,
hermanado culturalmente con los que sufrieron la derrota, escribió
el diálogo entre ambos para la posteridad. “Una
sola cosa hay más admirable que la admirable respuesta del rey sajón
-dice Borges -: la
circunstancia de que sea un islandés, un hombre de la sangre de los
vencidos, quien la haya perpetuado”.
Lo grandioso es el hecho de que un lejano y quizá discordante
narrador viera grandeza en su comportamiento y en su sobria
sentencia. La hazaña, en suma, es el reconocimiento de las
cualidades del otro, pero también me parece importante señalar que
ese otro es el enemigo, el que ganó y la desfachatez con que Borges
señala el rendir “tributo a un enemigo” permite entonces la
idea, de que lo bueno no es reconocer las cualidades del otro como un
igual, sino que se le reconoce nuevamente en la diálectica je-tu con
el plus de que je es mejor que tu. Para mi es muy importante que se
destaque el hecho de que es el mismo Borges en este texto, quién
también enmarque el reconocimiento de ese otro como una “fecha
profética de algo que aún está en el futuro: el olvido de sangres
y de naciones, la solidaridad del género humano”.
Pero el olvido en este caso, no significa el desconocimiento o
abandono de lo particular, de la identidad propia, en la búsqueda
inmediata de lo que nos es común como seres humanos; sino más bien
se trata del acceso a la universalidad mediando con la diversidad; es
decir, la admiración por las excelencias ajenas, ya no por las del
enemigo.
Antes
de continuar quisiera yo mostrar que para los tojolabales6
no existe la palabra “enemigo” por que carecen del concepto que
exprese la idea de “enemigo”. Rigoberta Menchú hablante de
quiché, también atestigua la ausencia del concepto “enemigo” en
su lengua. Así la carencia del concepto en tojolabal y en quiché
nos conduce a pensar en qué sucede en un sistema social humano sin
el concepto señalado, quizá podríamos pensar en una sociedad sin
enemigos que, seguramente para nosotros parezca extraña, ingenua o
útopica, y habrá que pensar desde luego que esta afortunada
carencia explica comportamientos válidos hasta hoy aunque en formas
variadas. Dicho de otro modo, donde hay enemigos, seguramente el
sistema social humano está dividido; por un lado “los amigos” y
por el otro “los enemigos”, me gustaría más pensar en buscar
una palabra para nombrarles que no implique ni miedo, ni violencia en
la relación je-tu, que incluso pueden otorgar la posibilidad de un
je-nous.
Así
nuestra propia constitución como seres vivos implica el ser un ser
en el lenguaje puesto que el mecanismo fundamental de interacción en
el operar de los sistemas sociales humanos es el lenguaje, dejando
claro que sólo puede haber lenguaje cuando hay recursividad
lingüística; toda nuestra realidad humana es social y somos
individuos, personas, sólo en cuanto somos seres sociales en el
lenguaje. Pensando en el lenguaje como una institución y en la
historia como un contenedor de sentidos, creo pertinente preguntarnos
el cómo un sujeto es determinado o restringido por su identidad
comunitaria; pensando en que es está la que permite al sujeto
definirse o construirse como un ser con identidad.
Esto
es posible según Castoriadis porque existen por un lado una serie de
instituciones que permiten la cohesión entre humanos, es decir,
existen “un
conjunto de herramientas, del lenguaje, de formas de hacer, de las
normas y valores, etcétera que imponen maneras de actuar y de
pensar”;
y por el otro también existen las significaciones imaginarias
sociales que confirman la unidad de una sociedad por la “cohesión
interna de un entretejido de sentidos, o de significaciones, que
penetran toda la vida de la sociedad, la dirigen y la orientan”.
Espero
que de este modo quede claro que cada sociedad es
un sistema de interpretación del mundo, es portador de una mirada.
Destacando que “una
nueva sociedad no puede nacer, efectivamente, más que si al mismo
tiempo y en el mismo movimiento aparecen nuevas significaciones”,
nuevas
formas de ver la realidad.
Aún
más importante me parece el destacar que como dice Maturana “es
dentro del acoplamiento estructural recíproco que se da
espontáneamente en muchas circunstancias diferentes, como expresión
de nuestro modo de ser biológico, que surge el placer de la
compañía; que sin esta pegajosidad biológica, sin el placer de la
compañía del otro, sin amor, no hay socialización humana posible,
y que toda sociedad en la que se pierde el amor tenderá a
desintegrarse”.
Por ello lo significativo de reflexionar en el lenguaje, ya que nos
lleva a contemplar nuestro mundo y el mundo del otro y a hacer de la
descripción de nuestras circunstancias y las del otro parte del
medio en que conservamos identidad y digámoslo así, adaptación.
Toda
muerte de un ser vivo en el sistema social creará un cambio dentro
del sistema del mismo modo en que la llegada de un nuevo miembro lo
hará. Los nuevos miembros de un sistema social son, creo yo, el
mejor pretexto para hablar de otra cosa muy importante que es la
educación. Entendiendo la educación no como esa asociación entre
conocimiento e información, sino más bien como la adquisición del
conocimiento; vista así no sólo tiene que ver con los ámbitos
escolares, sino también con aquellos que comúnmente llamamos
formativos, esos que tienen que ver con el alma, la mente, con el
espacio relacional o psíquico que vivimos y deseamos que vivan
“nuestros” nuevos integrantes; tiene que ver forzosamente con las
formas para llegar a ser seres humanos, es decir, para ser humano,
hay que nacer como cachorro humano y crecer humano entre humanos o
dentro de sistemas sociales humanos.
Los
cachorros humanos son sensibles al lenguaje no verbal, a diferencia
de los adultos que confiamos más en el discurso del otro. Los niños
por su parte confían más en lo que la persona no dice; se ha visto
que el lenguaje utilizado con los bebés es de carácter universal7.
Muchas personas consideran válido sólo al humano que ya puede
hablar y comunicarse de forma verbal, pero no hay que descartar que
para que esto se logre alguien debió enseñarles a hablar. Noam
Chomsky argumenta, que los niños nacen con un dispositivo para la
adquisición del lenguaje, un mecanismo interno que esta
estableciendo sinapsis, para facilitar el aprendizaje del lenguaje y
hacerlo universal, claro la base biológica existe, pero ¿Cómo se
nos enseña a hablar?, para Skinner son los padres que al escuchar
los arrullos y balbuceos del bebé refuerzan los sonidos que más se
parecen al habla de los adultos, pues le sonríen generalmente cuando
escuchan un sonido parecido a alguna palabra en su idioma. Menudo
problema porque si bien si somos animales y el conductismo nos
funciona de vez en vez, es la relación de afectos que existe entre
padres e hijos lo que permite que por un lado busquemos enviar
mensajes de aceptación a ese cachorro humano y por otro que como
adultos busquemos incluirlo en nuestro sistema social humano para que
sea aceptado, lo cual implica una relación de amor y de
reconocimiento del nuevo miembro del grupo. Para ello el sujeto para
existir necesita ser nombrado; para ser nombrado necesita no sólo
una lengua, sino un habla y un conjunto de símbolos que signifiquen
algo.
La
lengua es entonces la parte social del leguaje existe en virtud de
una especie de contrato establecido entre los miembros de una
comunidad, conformándose como un sistema de signos en el que no sólo
es esencial la unión del sentido a la imagen acústica, sino que las
dos partes del signo son igualmente psíquicas. La lengua se
convierte entonces en el deposito de imágenes acústicas y la
escritura en el de las imágenes, pero ambas sólo adquieren sentido
al conformar el discurso del otro, el mío y el nuestro; estableces
que hay un discurso nuestro permite pensar en el espacio dialéctico
del je-nous, mientras que el discurso mío o del otro continúan en
la res del discurso je-tu. El sujeto no puede tener otra
materialización que el lenguaje, la de las preposiciones que él
emite, las que podría emitir; porque fuera del discurso que lo
propone y lo impone como sujeto de la enunciación nada podría
saberse del sujeto.
Para
comprender a este sujeto y su constitución remito a la lectora o al
lector a los textos de Lacan que versan sobre el Edipo. Una vez que
he mostrado la importancia del lenguaje y la lengua como las
instituciones que nos permiten ser sujetos, propongo pensar cómo es
que ambos dotan de mirada a los sujetos para vivir en un sistema
social humano, cuando el “quiero ver” domina nuestra vida
despierta, porque nos introduce en el lugar donde somos mirados, nos
permite dar al espacio el estatuto de escenario para la regulación
del deseo y del goce. Así la pulsión escópica del sujeto pone en
primer plano el deseo del Otro, ese que es construido desde la
sociedad, no se trata sólo de la mirada, sino de lo que enmarca, una
cadena de significantes. Decía Lacan “La
mirada no se sitúa simplemente a nivel de los ojos. Los ojos pueden
no aparecer, estar enmascarados, la mirada no es forzosamente la cara
de nuestro semejante, sino también la ventana tras la cual suponemos
que nos están asechando. Es una equis, el objeto ante el cual el
sujeto deviene objeto”.
Y sin perder de vista que la pregunta inicial ha sido ¿Qué es lo
que nos permite crear sistemas sociales humanos? Me gustaría pensar
que lo que nos permite crear sistemas sociales humanos es que por un
lado tenemos el deseo de ser mirados, y por el otro del de curiosear
en la intimidad “ajena” para lograr reconocer al otro y ser
reconocidos por este. Quiero recalcar que para poder vernos a
nosotros mismos es necesario que antes haya habido alguien que nos
mire, la mirada del otro es la que nos constituye como seres humanos,
por tanto tiene la función de estructurarnos como sujetos, si ésta
es una mirada de amistad o de amor entonces seguramente apelara a una
dialéctica desde el je-nous, pero si en cambio me ve como distinto,
como adversario e incluso como enemigo muy probablemente sea desde
una dialéctica je-tu, en la cual habrá espacio para el diálogo
pero no forzosamente para la comunión. En esto se me ocurre pensar
en lo útopico del lenguaje en los tojolabales donde con la ausencia
de una sola palabra como la de enemigo, ellos logran conformar una
comunidad, una mirada diferente desde sus raíces.
“En
tojolabal se dice: “uno de nosotros cometimos un delito”, june ja
ke'ntiki jta'tik jmul. La frace correspondiente en español reza así:
“Uno de nosotros cometió un delito”. La diferencia entre los dos
giros es evidente. En tojolabal el delincuente sigue siendo hermano
del NOSOTROS social; en español se le considera apartado, por no
decir “enemigo social”. Por eso lo meten a la cárcel, le aplican
la pena capital, lo arrojan al mar o lo mandan a Guantánamo.”
Pienso
que los procesos de violencia simbólica y de apropiación de sentido
se construyen en las mismas instituciones por las que circulan los
discriminados, en posiciones desventajosas, una de ellas y quizá la
más inquisidora el lenguaje, ese en el que se nos enseñó a decir
te amo y a decir te desprecio, según el reconocimiento que se le de
socialmente al otro. Ana María Fernández dice que la violencia
opera de tal forma que el ejercicio de ésta es invisible a los
actores sociales y presupone la implicación de aquellos que más
sufren sus efectos, de forma tal que se desdibuja, al naturalizarse,
su característica central de arbitrariedad e injusticia. Estos
violentamientos constituyen una de las múltiples estrategias de la
producción de la desigualdad en tanto producen consenso con respecto
a la “naturalidad” de la inferioridad en los sujetos
estereotipados, y dicho sea de paso es dentro del psicoanálisis que
se posibilita diferenciar el cuerpo en lo real en lo simbólico y en
lo imaginario; en tanto tal el cuerpo es un real, que es simbolizable
y en consecuencia susceptible de representación imaginaria. A la
realidad de ese cuerpo se sobreimprimen las huellas y marcas del
lenguaje; con ellas el cuerpo pasa a residir no sólo como un
conjunto de músculos y nervios, sino también como una posición
inscripta en y por el deseo del Otro en la cultura.
Los
distintos modos que la discriminación ha adoptado a lo largo de la
historia forman parte de un problema mucho más amplio; dónde lo
diferente es tomado como inferior. Así la desigualdad es un
justificante social de la discriminación y la violencia, que forman
parte de un particular circuito de retroalimentación mutua que se
despliega a través de la producción social de las diversas formas
de aceptación que legitiman tanto la desigualdad como las prácticas
discriminatorias y, a la vez, invisibilizan los violentamientos.
Observemos que por más alto que sea el grado de poder alcanzado por
una persona con discapacidad en el espacio público, éste es siempre
disminuido en función del nivel de reconocimiento que los
discapacitados tienen como colectivo en esa sociedad.
Por
ello invito a la lectora y al lector, a cuestionarse sobre su propia
institución del lenguaje. Pensando un poco en cuando Graciela Rahman
le dice a Marta
“...Usted
va tejiendo con palabras, Marta, lo que yo tendré que destejer.
Imagino que tiene usted un canasto de hilos, del cual va sacando
algunos, los combina, cortando aquí y allá, haciendo nudos,
construyendo una trama, una textura, un texto, porque los hilos con
los que usted teje son palabras.
Por
ejemplo, para empezar su historia usted tomó el hilo de la falta.
Habla de lo que le falta y lo que no falta. Usted no sabe bien a bien
cómo se llama lo que falta, por eso aparece otro hilo: el digamos,
como un intento de rodear el nombre de lo que falta. Yo que la
escucho tampoco sé a qué alude usted cuando habla de falta. Sólo
podré rastrear el sentido que usted le da, cuando termine de hablar.
Sólo después, cuando el punto final resignifique lo que usted ha
dicho. Por eso la escucho, para seguir sus palabras...”
El
deseo para Lacan está instalado en una relación con la cadena de
significantes y que se plantea y se propone de entrada en la
evolución del sujeto humano como demanda; y esa demanda parece
siempre remitirse al deseo de reconocimiento del otro como sujeto
igual de valioso, pregunto yo, ¿Si tenemos todo para crear sistemas
sociales humanos, porque nos damos el lujo de tener y usar las
palabras discriminación y violencia, acaso no todos somos dignos de
la solidaridad humana?
Sé
que nos enseñaron a ser tolerantes en lugar de guardar respeto, se
que nos enseñaron a callar en lugar de guardar silencio, que nos
enseñaron que el placer es malo. Quizá crecimos enfermizos faltos
de aire y besos, pero con yosoy132, con saber que hay lenguas sin
enemigos y por tanto sociedades cuya raíz se encuentra nutrida del
je-nous en lugar del je-tu creo que podremos cantar a la vida
mientras del cuerpo quede gota de deseo.
Bibliografía:
Conceptos
Tojolabales de Filosofía y del Altermundo.
Carlos Lenkersdorf. México: Plaza y Valdés Editores, 2004.
El
lugar de la palabra. Una propuesta de metodología psicoanalítica
para el análisis del discurso. Graciela
Rahman. Ponencia presentada en el 1º encuentro sobre metodología de
investigación en estudios de la mujer. UAM-X, Marzo de 1987
El
pudor de la historia en Otras Inquisiciones.
Jorge Luis Borges. Argentina: Emecé, 1960.
El
seminario de Jacques Lacan. Libro 5 “Las formaciones del
inconsciente 1957-1958” México:
Paidos, 2004.
Las
significaciones imaginarias en Una sociedad a la deriva.
Cornelius Castoriadis. Argentina: Katz, 2006.
La
política de la diferencia:subordinaciones y rebeldías en La mujer
de la ilusión. Pactos y contratos entre hombres y mujeres.
Ana María Fernández. Argentina: Paídos, 1996.
Transformación
en la convivencia.
Humberto Maturana; colab. Sima Nisis de Rezepka. Santiago de Chile:
J.C. Saéz, 2007.
__________________________________
1He
decidido utilizar algunos términos en francés porque no he
encontrado los equivalentes al español, e invito a quién los
conozca a decírmelos.
2Moi
equivale aquí a un yo simbólico.
3Movimiento
mexicano de protesta en torno a la democratización del país y sus
medios de comunicación. El nombre se origino en solidaridad con los
iniciadores de la protesta, estudiantes de la universidad
Iberoamericana.
4Quiero
aclarar aquí que Borges habla del diferente en su reconocimiento
como un enemigo, pero que Bordeau señala también que se nos ha
enseñado a ver lo diferente como inferior, permitiendo así que la
violencia hacia el diferente quede instaurada a nivel cultural, ya
sea por su creer que él admira al enemigo como dice Borges o bien
por la situación de la que habla Bordeau donde es en la institución
del otro=igual a mi y del diferente=inferior a mi.
5Snorri
dejo constancia, maravillado, del diálogo que sostuvieron el rey
sajón y su hermano. La conversación tuvo lugar en presencia del
monarca invasor, mientras los hermanos fingían no reconocerse. Al
hermano rebelde, el rey sajón le ofreció el perdón y una tercera
parte del reino. Cuando el rebelde pregunto qué daría el rey sajón
al invasor escandinavo, el monarca de Inglaterra respondió: “ Le
dará seis pies de tierra inglesa y, ya que es tan alto, uno más”.
La contestación a esto del hermano conjurado fue: “ Entonces...
pelearemos hasta morir”. Un día de aquel 1066, el rebelde y el
invasor noruego fueron derrotados, pereciendo ambos en batalla.
6La
comunidad Tojolabal “Ing. González de León” se encuentra
ubicada en la llamada “Región de la Cañada”, a una hora de la
cabecera municipal, Las Margaritas, Chiapas y a 45 min. de la ciudad
de Comitán, Chiapas.
7Universal
aquí esta siendo usado en los términos de Levi-Strauss.